Para mí escribir es un ejercicio de detener el tiempo, que es una apisonadora. Y a veces, cuando empiezas a escribir, se ensancha. Y puedes pensar en cosas que te han pasado, cosas que has sentido, cosas que le han pasado a tu cuerpo… Y ponerle palabras es un ejercicio de tratar de atajar lo que parece que se te está escapando.
De una entrevista que El País le hizo a Mónica Ojeda (siguiente lectura literaria para la círcula). La puedes leer aquí.
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