Cada vez me generan nuevas ideas y problemáticas estos temas.
La etiqueta del feminismo oscila entre lo políticamente correcto en estos tiempos y el rechazo totalitario. ¿Qué implicaciones sociopolíticas tiene el hecho de enunciarse como feminista para hombres y mujeres, respectivamente? (cayendo otra vez en las dicotomías, ya lo sé). ¿Cómo vamos a validar nuestras posturas?, ¿validarlas para quién?, ¿a través del feministómetro de quién?, ¿desde qué lugares atravesados por nuestras circunstancias nos legitimamos políticamente?
Se me ocurre que esto si bien es un acto de resistencia política, emerge en contestación hacia un modelo hegemónico: el hombre blanco, heterosexual de clase media. Y cómo este ha sido considerado el modelo de la medida de todas las cosas. Con acceso a los discursos y los espacios ha creado el mundo a su imagen y semejanza. Las morras fuimos históricamente la Otredad. Sin embargo, el hecho de leer la historia desde otros lugares, tomando en cuenta la clase, raza y el género nos damos cuenta de que hay más voces que han clamado la visibilización, el reconocimiento.
El discurso es más complicado. ¿Quién es le sujetx políticx del feminismo?
El feminismo como discurso puede ser bello. Sin embargo nos topamos de nuevo con la vertiente post estructual de los procesos de subjetivación desde la emisión a la recepción. ¿Cómo estar atentas sobre las líneas de poder imperantes?
La agenda política del feminismo evidentemente tiene otras cuestiones más importantes que discutir antes que debatir si los hombres pueden ser feministas o no. Este es un tema de los hombres para demostrar que también pueden y quieren incluirse dentro de este movimiento. En otras palabras: es un tema que les importa a los hombres, los que ahora se sienten excluidos en un espacio que no les compete. Sin embargo, si hay un territorio en común sería la deconstrucción del género y el trabajo que cada quién puede realizar desde ello.
La agenda política del feminismo evidentemente tiene otras cuestiones más importantes que discutir antes que debatir si los hombres pueden ser feministas o no. Este es un tema de los hombres para demostrar que también pueden y quieren incluirse dentro de este movimiento. En otras palabras: es un tema que les importa a los hombres, los que ahora se sienten excluidos en un espacio que no les compete. Sin embargo, si hay un territorio en común sería la deconstrucción del género y el trabajo que cada quién puede realizar desde ello.
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