martes, 26 de noviembre de 2019

Primer pensamiento

Estoy pensando en escribir un ensayo sobre la intensidad como algo necesario ante la tibieza e indiferencia que nos alcanza.. ¿Será la noción del individualismo de nuestro momento histórico?, ¿pintar líneas imaginarias en función de un "respeto" para justificar la no problematización y generar incomodidades a través de intervenciones que desautomaticen?, ¿neta es perjudicial la mal llamada "radicalidad"?, ¿qué es ser radical?
Lanzo las preguntas para, quizá, tener respuestas y así pensar más aiá de mi universo mental.
Ayer caminábamos por el centro de la CDMX y enfrente de nosotrxs venía una pareja. Bradie y yo sólo vimos el momento en el que el onvre le arrebata un labial a la chica (asumo su pareja) y se lo aventó a la calle donde, por supuesto, habían carros. El labial había caído debajo de uno de ellos. La chica volteó a ver dónde estaba y alcancé a ver sus ojos irritados por un llanto. Ella titubeó pero siguió caminando con él, entonces yo decidí ir hacia la calle para recoger su labial y entregárselo. Pensé que correría para alcanzarla y pensé también en el onvre haciéndomela de pedo por "meterme" en esa situación. Ya me estaba emputando nomás de imaginar el panorama pero, bueno, nada de eso sucedió. La chica me esperaba en la acera y se lo entregué. Ella siguió su camino y yo me quedé pensando en eso o todo esto.

Intento de justificar el título de este blog

Soy overthinker.

P. me habló de la necesidad cognoscente y platicamos un poco (hace semanas) sobre cómo a la gente no le gusta pensar. Ambas nos encontramos en ese aspecto. A mí me sorprendió nombrar las actitudes que socioculturalmente se nos atribuyen a las mujeres con bromas relacionadas con que nos acordamos de todo, nos malviajamos con algunos actos, mientras que los hombres "son más ligeros". ¿Qué pasa entonces con las enseñanzas sobre la empatía y la emocionalidad?, ¿en qué medida se puede hablar de que sean efectos hormonales en los cuerpos de las mujeres?

Al menos yo cuando me he puesto más intensa no está mi periodo presente. Tengo ovario poliquístico, por lo tanto, irrregularidades en mi menstruación también. Siento que mi actitud puede ser bastante neutral si no hay estimulantes externos que me hagan posicionarme. Para mí también representa un descargo de energía el hecho de intensear. Pensar me cuesta menos que existir a veces (como lo dijo Cortázar u Horacio, pues) pero para existir necesito evadir algunas cosas. Por eso el alcohol, las drogas y la música.

A veces tengo la saturación de realidad y necesito catarsis. Irme a bailar, beber, drogarme o escribir. Todas son para ocasiones diferentes. Por ejemplo, ahora, en vista de tantos pendientes y muchas distracciones en mi cabeza, he optado por ponerme a escribir lo que sea que me viene a la mente esperando que con ello pueda escribir mejor y hacer lecturas más provechosas.

Estoy tratando de relajarme y esperar que todo vaya cayendo en su lugar de a poquito, a su tiempo.

Esto lo escribí el 12 de septiembre de 2017

Llevo encerrada desde, quizá, las 5 de la tarde. Hoy me tocó descansar, desperté tarde, creo que como a las 11. Me bañé y bajé para encontrar a R. en el café (dijo que tenía algo para compartir). No nos entendimos pero sí nos encontramos y, a final de cuentas, decidimos volver a casa. Me encerré un rato, traté de leer, no pude -qué novedad. Preparé una salsa bandera para comer molletes con los frijoles hechos por las manos de doña Perita. Comimos y robamos un poco de jamaica de C. Bajamos juntas, ella al café; yo al banco y a una tienda departamental. Volví. Apenas si nos hablamos; quemó un poco mi short. En fin, no quiero hablar de él, por lo menos no en este momento del texto.

Volví a casa y lavé todos los trastes. Vine a encerrarme en mis cuatro paredes y vi una película random. Tuve la intención de ver Melancholia pero no estaba accesible; es decir, no en Netflix. Hablé un rato con mi mamá antes de decidirme a ver esa peli... Pensaba escribir, le dije a ella que lo haría, se lo dije a M. ayer y me lo dije a mí y llevo semanas evadiendo ese hecho.

Ahora estoy aquí, tratando de exprimir algunas letras que le hagan justicia al título de esta entrada...

No he ido a mis clases de "Desarrollo artístico del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial", el maestro se fue a NY y creo que hasta la próxima semana iré. Esa clase siempre me pone en perspectiva acerca de la ausencia de las mujeres en el arte. En cada sesión escucho sobre artistas masculinos y no entiendo por qué la ausencia de mujeres... ¿será una cuestión catedrática o así se escindirán en la historia del arte?, ¿de verdad no estuvieron?, ¿emergen con la revolución sexual? Son preguntas que quizá alcance a contestarme de forma tentativa al final de este curso... Sin embargo, no dejo de pensar también en aquél ejemplo que pone Virginia Woolf en "Una habitación propia" y que se refiere a la situación "hipotética" de que si Shakespeare hubiera tenido una hermana con el mismo potencial creador que él pero quien, también, tuvo distintos impedimentos para desarrollar su talento, concretamente la imposición del mandato de género. Eso me remite a la idea que existe en los estudios feministas sobre los binarismos que en este caso sería hombre/cultura, mujer/naturaleza, ese tipo de asociaciones... Y bueno, como leí un ensayo/crítica acerca de la tesis de maestría de Rosario Castellanos, me quedo pensando en esa circunstancia que aún no alcanzo a entender del todo....

Algo que escribí el 21 de septiembre

Otro día en el que me desvarié. Los pros y contras del vivir, salir un rato de la rutina y perjudicar tus tiempos. Consecuencias: inutilidad física y anímica, desajuste del sueño. Trato de pensar que vale la pena olvidarse -o "evadirse" como diría una amiga de alta estima- pero estoy aquí sufriendo el insomnio de las 2 a.m., campo fértil para la ansiedad y el overthinking.
He soñado con personas que ya no están en mi vida y que tampoco creo que vuelvan a estar. Uno de esos sueños me arruinó un día pasado y reciente, fue un momento tan lúcido y de vasta sospecha sobre los acontecimientos, que me miraba a los ojos y me decía lo que tanto miedo me da escuchar: lo que siempre he sospechado como una verdad que nunca fue dicha en su momento. Desperté incómoda, desconcertada (¿o no?) Pero triste a fin de cuentas.
He tenido una saturación de escenarios imaginarios. Así trato de darle un detalle que mejore el recuerdo de lo que realmente fue, de ajustar la realidad en la memoria para sobrellevarla porque el (auto)engaño a estas alturas ya no cobra represalia alguna. de todas formas hay voluntad porque "el recuerdo embellece lo que toca". El fin de la paz mental justifica los medios. La distancia está hecha.
A veces recuerdo a una Sara de 16 años viendo la plaza de Emiliano de Zubeldía en su trayecto hacia la preparatoria. Recuerdo la inquietud sobre el futuro, sobre elegir una licenciatura y a qué lugar pertenecería en la inmensidad de la Universidad de Sonora. Ya han pasado diez años y he pasado por tres universidades y ciudades distintas. Ahora vivo una vida que no sospechaba.
Las conversaciones acerca de la constitución de la identidad me han llevado a revisarme. A replantearme cuestiones sobre las que no me había detenido lo suficiente porque no eran importantes en ciertos momentos. Este es un momento de vuelta a la adolescencia y transformar las percepciones que ahora tengo de ello.
Por ejemplo, Foucault se ha convertido en una arista de percepción teórica fuerte. La teoría del panóptico, sus apuntes sobre el poder me han puesto a pensar acerca de las microvigilancias hacia nuestros cuerpos.

Ojalá El imbécil lea esto

Estoy tratando de limpiar mi cabeza para poder concentrarme en lo que realmente importa.

Hablaba con mi amigo C. a quien hace años no veo pero que repentinamente reapareció en mi vida hace como dos meses. Hemos hablado de nuestros duelos con nuestrxs respectivxs ex's (en mi caso es menos que eso, porque nunca se animó siquiera a pensarme como novia aunque a veces "la cagaba" y se autocorregía cuando me denominaba novia, ve tú a saber).

Bueno, decidí rebautizar a mi pseudo ex como "El imbécil". El que al principio dijo no querer ser un pendejo conmigo y que terminó siendo el turbo pendejo. Imagínate que la última vez que nos vimos aún tuvo el descaro de decirme "Me gustas y te quiero" y al mes ya estaba saliendo con una amiga mía (bueno, yo la consideraba así). Sí, después de poco más de un año de relacionarnos sexo afectivamente. Así como si nada. Cada quién tiene sus procesos de sanación, eso lo entiendo pero...¿neta?,¿en un mes? Y todavía seguía contactándome. Siento pena por la chica porque me parecen las peores circunstancias para gestar algo. Pero también sé que eso empezó desde antes. Es claro. Flashback: allá como en marzo "El imbécil" y yo comíamos juntos y volteé por casualidad cuando a su celular llegó un mensaje: "¿dónde estás?" preguntaba la chica con la que ahora "sale"y él contestó "en el centro". En realidad él estaba comiendo conmigo en mi casa; no lo cuestioné porque me parecía intensear inútilmente. Ahora todo tiene sentido. Lo descubro tan convencional como cualquier otro, tan macho progre con apariencia de aliado. Me tragué todo el cuento, debí seguir el instinto visceral que la entraña me dicta a veces. Qué porquería pensar en resignificar la historia para mal y descubrir las costuras mal hechas, las violencias y los aguantes. Sí, hablo desde el dolor del desengaño y la traición que acompañó el final de una historia terriblemente líquida.

Cuando me enteré de todo esto no tuvo ningún sentido. Hace tiempo yo le pregunté abiertamente si le gustaba ella en un momento de franqueza y él dijo que no, que no le gustaría. Después me habló del tipo de chicas que le gustan y ella no parecería encajar con lo que él me dijo. Pero bueno, de nuevo, cada quién tiene derecho a reinventarse.

Luego pensé en la sororidad. Al principio no estaba molesta con ella. Después lo vi de otra manera. Me resisto a creer que las morras nos seguimos haciendo esto. Ya la molestia con ella no es por el vato en sí sino en la traición a mí. El imbécil es tan cobarde que evidentemente no me lo diría, pero muchas personas asumieron que yo ya lo sabía. Incluso cuando cierta amiga me lo dijo, después del lloriqueo necesario, me sentí tan molesta como Regina George cuando descubre que le han dado barritas para engordar en vez de adelgazar y ese grito que viene de develar la mentira prolongada por meses.

Para bien o para mal, lo único que queda de esto es aprendizaje. La sororidad no aplica en todos los territorios con todas las mujeres. Es sabido. Hay mujeres que siguen interiorizando el patriarcado  y son precisamente con quienes no vale la pena relacionarse si sólo será para mal. Así me parece esta chica después de todo. Su edad le permite compartir ciertas ideas con la lucha feminista, pero aún dista de asumirse políticamente en este territorio. Esa es una de las tibiezas de mis contemporánexs con las que me resulta difícil lidiar, sobre todo si se genera un conflicto de este tipo.

Eso no me impide sentir que lamento los daños inminentes de una relación con un imbécil que no es congruente, no se compromete ni sabe a corto plazo lo que quiere. Quizá la vida me sorprenda y ambos perfiles encajen a la perfección. Cada quién hace lo necesario para ser feliz o, al menos, tener la ilusión de ello.

Vuelvo a pensar en construir relaciones con/desde una ética feminista y pienso en que en vacaciones escribiré algo sobre eso.

Renovación

Han sido meses de cambios interesantes. He asumido la necesidad de renovarme en distintos momentos de mi vida. Cambiar de ciudad, de casa... ¡de vida! Lo he tratado de transicionar por medio de las drogas, el ejercicio, la perdición etílica, el absurdo, cambiar la alimentación. Mi cuerpo me lo ha dicho todo el tiempo y este verano fue más que claro lo atrofiada que estaba por dentro. Ahora trato de elegir lo mejor para mí, limpiarme incluso espiritualmente sin culpas de personas que más que beneficios trajeron perjuicios. Estoy asqueada de la gente tibia, la que no ejerce el autoconocimiento y la determinación; que no pueden ser honestxs consigo mismxs pero quieran dar la apariencia como de quien lo hace. No se trata de suprimir el pasado, sino de recuperar lo que vale la pena, como les amigues, por ejemplo. Lo más bonito que me queda de los últimos dos años que fueron, en su mayoría, una mierda. No hubiera podido llegar hasta este punto con cierta entereza emocional sin el acompañamiento de ciertas personas como R., M., P., ... o K. y B., que siempre están. También estoy contenta con que ciertos lazos se han estrechado paradójicamente por la misma distancia física. Se siente bonito.

Empecé a renovar mi playlist. Spotify me permite hacer algo que nunca había pensado hacer. Antes guardaba una lista de mis canciones favoritas cada año o dos años o cuando lo recordaba. Ahora empecé a sacar canciones y agregar otras a las playlists con los mismos nombres y quedan guardadas en algún lugar de la virtualidad las que me gustaron en algún momento.

Estoy cambiando cosas en mí y otras fuera de mí pero que igual tienen mucha presencia en mi vida. Asumir el autocuidado también me comienza a parecer más cuestionable desde lo estudios del cuerpo. Ahora pienso en un sentido de la corporalidad como un espacio de resistencia política ante lo que sea, en tanto el discurso esté elaborado por unx mismx.

Cada quién ha hecho lo que ha querido...

Escribía al ritmo de esta canción:




Polo & Pan

Cualquiera que me conozca sabe de mi fiebre por Polo & Pan en el último año. Así que dejo una melodía que acabo de conocerles, ¡y que no puedo descargar!


En lugar de estar corrigiendo mi ensayo final, me puse a rastrear el nombre de esta rola. Bien le podría dedicar una entrada a la experiencia estética del concierto y lo feliz que estaba en ese momento. Pero son de esas experiencias que prefiero se queden en el limbo de lo no dicho y sólo tomen forma de recuerdo y sentimiento.

Mom and dad raised no quitter, but a procrastinator!

Virtud: Punk Rock

Hola, soy Alicia y creo que una de mis mayores virtudes es convertir mis debilidades en mis fortalezas. O eso intento desde hace algún tiempo pero hasta ahora puedo mirarlo con mayor consciencia.

Actitud punk rock.

He integrado la noción de punk rock a mi vocabulario desde que leí Teoría King Kong de Virginie Despentes. Jamás había pensado en esas palabras fuera de la designación a cierto género musical. Tenía nociones del punk como movimiento social pero para mí, la forma en la que lo utiliza Virginie me cayó como guante en la mano. No podía dejar de pensar en dimensionarlo en mi vida, una actitud desafiante incluso de salir vestida de cierta forma en el espacio público, contestar a los onvres que te acosan en la calle. Actitud de resistencia frente a las concepciones de la inferioridad femenina. Oponerme a ser acompañada a casa. Viajando incluso en la novedad actual del bla bla car: abordar carros de extraños en ciudades desconocidas y sólo confiar en que todo saldrá bien. Incluso ahora comienzo a gestar una reflexión sobre la ternura radical, la intervención social o lo que me gusta llamar la intensidad frente a la apatía del individualismo de nuestro tiempo.

Me dije hace poco que escribiría sobre eso. Aquí va sin mayor titubeo. Borrador/aproximación/tentativa/ideasuelta #1

Cuando pienso en la intensidad me viene a la mente algo sobre lo que una profesora de la facultad ha hecho hincapié todo el semestre: situarnos.

Bueno, pues, soy una feministamexicananorteñaradicaliterataintensa quien disfruta escribir y hablar desde la entraña, cuando se le da la gana. Pienso en la honestidad que, según, caracteriza a las personas de la región norte de México. Pienso en mi despertar de consciencia durante la pubertad al reconocerme en la multiplicidad del Yo; en aquél tiempo no podía complejizarlo más allá del identificarme con gustos en varios géneros musicales. Lo que llaman "gustos culposos" no me hacían sentir culpable, me los apropiaba y los disfrutaba. No quise declinar nada en donde sospechaba un atisbo de disfrute: el alcohol, el perreo, los antros, las drogas, el cigarro, el dance hall, los conciertos, los disfrutes random; sí, el absurdo como una presencia llena de deleite para mí.

Recuerdo dos ocasiones en las que lloré en el espacio público y cómo siempre fueron mujeres las que se acercaron a mí para preguntarme cómo estaba. Las de la última ocasión se quedaron sentadas conmigo. No recuerdo por qué lloraba pero me resulta importante pensar en las que se quedaron ahí, acompañando.

Tiempo después: el desarrollo del feminismo como posición política y, por ende, el actuar desde la sororidad.

A partir de ahí deviene otra cara de la actitud punk rock, ya no sólo como forma de resistencia frente a espacios o personas que podrían o resultaban ser amenazadores, sino en la manera de acercarme a las chicas que veía en la calle en condiciones de ahogamiento etílico, llanto desenfrenado o siendo vulneradas o violentadas en el espacio público. De ahí que no puedo ser indiferente cuando pienso en que, como dijo De Beauvoir, "el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente".

Hay días en los que transito con atención en las personas (últimamente ha sido más usual, creo que por la clase sobre los estudios del cuerpo) y a veces preferiría no ver. Para mí ser testigo de una injusticia social en la calle ejercida desde la violencia sería bastante difícil de ignorar. Son sucesos que me descolocan en tanto que puedo ser impulsiva. Me da asco la pasividad en los momentos de crisis. Podría hacer una lista de momentos en los que he actuado por impulso y si eso es ser intensa, pues me apropio del adjetivo. Abrazo la intensidad en tanto funcione como una forma sostener la congruencia con un esquema axiológico que también entiendo como en devenir constante porque difícilmente somos lxs mismxs cada día.

La intensidad percibida socialmente, sospecho, es cualquier asomo de emociones que no puedan ser del todo justificadas desde la razón o leídas desde ciertos criterios del famoso "sentido común". Ese actuar un poco más allá de lo que pareciera que le corresponde, cuestionar un status quo asimilado por muchxs. Asumir por ejemplo, que en relaciones donde no hay un "título" es permisivo, por lo tanto, tratar a la pareja (sí, PAREJA) como algo que está ahí sin asumir una responsabilidad afectiva. Es importante para mí nombrar lo que se desea o no. He escuchado a amigxs decir que ni siquiera le dedicarán un final claro a su pareja en turno porque "no son nada", como si ni siquiera se pudiese ser dignx de merecer respuestas. Me rehúso a tratar a las personas sin una ética feminista, cuyos principales fundamentos creo que deben ser el relacionarse con calidad humana, no utilitaria (entiéndase aquí la cosificación corporal para fines sexuales u obtener beneficios de otro tipo a través de otra persona). Y aunque ese fuera el caso, enunciarlo para sostener una congruencia entre la honestidad y la ética feminista.


Ya no doy para más. Pero creo que eso de la ética feminista merece una entrada aparte. Igual la cuestión de la intensidad, una segunda parte.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Sobre el nominalismo


Últimamente me ha rondado la idea de la genealogía femenina en un terreno de lo sociocultural. Entonces pensé que siempre había omitido mi apellido materno para facilitarle la vida a lxs demás y no detenerme en explicar su origen y significado. Cuestiones prácticas, aunque creo que muchxs han asumido que me avergüenza por sus orígenes indígenas. Nunca ha sido así. Ya no me importa quedarme repitiéndolo todas las veces que sea necesario para que lo memoricen, para hacer presencia. El apellido de mi madre es especial.

Y el segundo nombre del que me he reapropiado ha sido por repensar en mi abuela paterna, la primera Alicia. Si semánticamente hubiera debido elegir alguno de mis nombres, hubiera normalizado Alicia hace muchos años, me viene mejor que princesa.


Bienvenidx a mi verbalización de ideas

Aló, extrañx.

Me cree este espacio para escribir mis pensamientos más densos que ojalá resulten en ecos para alguien, pero sobre todo para desenmarañarme a mí. Pura invención como resultado del análisis de lo cotidiano, de los sentires inefables pero con obstinación de transmitirlos de algún modo. Tengo en mi cabeza seres que revolotean y ya me decidí a plasmarlos.

Lectorxs hipotéticxs, gracias por darle vida a las palabras.