He repetido estos días mi posición sobre esta experiencia personal y política. Aún no sé qué significará esta suspensión del sistema en la esfera psicosocial pero sí sé que el mundo, como lo experimentamos en las relaciones personales, ya no será el mismo.
Estos tiempos de encierro nos propician la mirada introspectiva.
Me parece maravilloso estar viviendo estos tiempos. Jamás creí que el sistema fuera a caerse. Siento que está ocurriendo un hecho histórico. Hay incertidumbre por todos lados. Nadie sabe cuándo retomará su vida como estaba. Me detona las ideas del dinamismo vital que nunca fue tan evidente. También he defendido que mi filosofía de vida de unos meses para acá ha sido la improvisación, por eso siento que no me ha golpeado esto tan fuerte en la circunstancia específica de mi vida en la que estoy. Está para pensarse.
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