jueves, 18 de febrero de 2021

Del búnker propio o noquieronadaya

 El ruido urbano me ensombrece la cabeza.

Anuncios, aviones, autos, personas. 

Un tecno sistema estridente.

Todo eso comunica mientras yo me siento a...

querer

comunicar

algo que no puedo expresar

o sí

pero no tan rápido

ni tan conciso

ni mucho menos

fácil. 

Acá pienso cada una de las palabras que escribo.

Mientras allá se vomitan,

se esfuman en el aire

o en los oídos que las tocan.

Suspiro.

Pienso.

Es insuficiente, Woolf, 

una habitación propia

me queda corta

porque aún teniéndola, 

la realidad se impone.

Ring ring, peep, peep, woof, woof!

Qué lata, qué desidia tan irritante sobre la nada. 

Por eso el búnker,

a ver si así me dejan sola con mis palabras.


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