martes, 11 de agosto de 2020

¿Qué hago con esta rebeldía?

¿Qué hago con mi rechazo al miedo, 

con mi negación a ser indiferente?

¿Qué hago si mi reacción dista de contenerme

y agachar la cabeza frente a autoridades,

llámense cerdos, llámense padres?

¿Qué hago si la flama en mí se agita

cuando veo la injusticia?

¿Qué hago si mi sentir no se apacigua, 

sino que me revienta y me lleva a la acción instintiva?

¿Qué hago ante mi incapacidad

de mantener el equilibrio 

a veces, o casi siempre, quizá, 

de las vísceras a la racionalidad?


¿Qué hago con ese miedo que no tengo,

o que me rehúso a ponerle un nombre,

o un cuerpo, sobre todo si fuese de hombres?




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