Regresé de Sonora con dos kilos más y el corazón contento. Atrasada con los asuntos académicos pero queriendo echarle las ganas para resolverlo todo en unos días. Ya quiero ver a mi jauría de brujas feministas locales.
Hay optimismo en el aire. Es lindo volver a la burbuja violeta que construyo en cada lugar al que voy. Reconectar.
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