Estoy un poco melancólica. Llevo días pensando en la ambivalencia de sentires frente a la agencia sexual fincada en ideas feministas, pero que no quitan la persistencia de saberse o sentirse consumida por los vatos con quienes se tiene intercambio de placer.
¿Te fijas que empecé narrando en primera persona y luego me desasocié?
En efecto. Suelo luchar contra esas ideas que se agudizan semanas después de tener sexo "casual". ¿Es que es imposible que un vínculo persista después de eso? Y no me refiero a algo que lleve a la exclusividad sexual o afectiva, sino, quizás, como acto de trato digno. O quizás solo soy yo, esperando mucho del mundo, como siempre.
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