lunes, 15 de junio de 2020

Experiencia lectora de Pelea de Gallos de Ma. Fernanda Ampuero

Acabo de cerrar el cuentario con un suspiro. Me lo leí en dos días pero pudo caber en una buena dosis de lectura de unas 6 horas para procesar todo lo que contienen los cuentos de Ampuero. Maldición, son re buenos. Ya tengo mis favs, definitivamente fue un gran acierto comenzar con "Subasta", desde que lo leí aquí surgió el apetito de continuar leyendo la producción de la escritora ecuatoriana. Sin embargo, creo que "Luto" y "Pasión" fueron mis favoritos, vaya ejecución del cuento, que narrativa tan precisa y circular. 

La experiencia de leer de nuevo con ojos críticos por la calidad prometida de este cuentario me causó satisfacciones estéticas bien interesantes, en ella predomina la reiteración de las violencias filiales o familiares, las vísceras, las analogías animalescas, el incesto; y todos los simbolismos que esto puede conllevar. Recordé algunas cosas de mi paso por la escuela de letras. ¡Hace tanto tiempo que no leía de esta manera! Vinieron memorias de esas clases de la Introducción a los Estudios Literarios y me esforcé por tratar de recordar el mapa que el profe B. nos compartió para hacer análisis narrativo. No lo recuerdo.

Pero bueno, este post no se trata de hacer una crítica literaria bastante premeditada. Sólo ofrezco un intento de reseña, si eso significa compartir una experiencia de este tipo.

Hace tiempo leía un post sobre el "nuevo" boom latinoamericano hecho por mujeres sobre todo a través de la forma del cuento. No las he leído a todas pero varias de sus nombres están en mi lista. En fin, Ampuero está dentro de ese post y ahora está sobre mi escritorio. Siento que doy inicio a un ciclo de literatura fem y, como inherente a mis ojos ahora, está el color violeta a través del cual construyo esta perspectiva de los productos culturales... O de todo en realidad.

Bueno, los personajes de Ampuero. Uf, qué volada de cabeza. Las voces narrativas que transcurren más en experiencias relativamente cotidianas: tomando el sol en la mesa de un hotel, en la fila del supermercado, las reuniones entre amigas, la especulación diurna flotando en una alberca, las casas, los dormitorios, los peligros del descuido en un viaje de taxi, etc. La configuración de los espacios, la nostalgia en "Crías", la anacronía y los detalles culturales que te transmiten ese cuándo en la historia. Los juegos nominalistas, las intertextualidades o referencias hacia personajes de historias que muchísimas personas conocemos a partir de una tradición religiosa con bases judeo-cristianas. Los personajes femeninos de otros tiempos y de estos: "malas mujeres" (brujas, putas, etc), "buenas mujeres" en tanto obediencias a los patriarcados pero conteniendo inconformidades ante esa sumisión machista, de variadas clases sociales y corporalidades, en preferencias sexuales, en fetiches, en incestos, en soledades (sobre todo juveniles), en momentos de vida variados. Las analogías y simbolismos de los espacios. El estilo que recurre a las escatologías humanas e incluso una prosa que de repente nos embelesa por su tinte poético.

¡En fin, qué linda experiencia leer a Mafer! Les voy a dejar una cita que me llegó como anillo al dedo por motivos de mis asaltos de nostalgias personales recientes:


"Yo también me gradué, empecé la universidad, la terminé, seguí diciendo que sí a los hombres, rompiéndome como un vaso barato contra las paredes de diferentes casas. O sea, creciendo. Después me largué del país, mi padre se murió sin que yo supiera quién era ese hombre que tanto quise que me quisiera -la peor forma del amor-, di mil vueltas como el hámster en la moscovita estúpida y un día volví y caminé los diez pasos que me separaban de su casa.
-¿Quieres verlas?
Digo que sí porque digo que sí a los hombres. Me levanto y subo con él las escaleras que no he subido en cientos de años, en mil vidas, o sea, ya nunca. La peste, como un ocupa, se ha adueñado también de la zona de arriba, hay un obstáculo para cada paso. No sé qué es toda esta mierda, pero sé que si me caigo no me podré volver a levantar, que me hundiré en la blanca acumulación de basura y que ahí me quedaré para siempre, como un insecto en ámbar, como Alicia cayendo y cayendo por el hueco del árbol. El país de las maravillas: una casa del sur atestada de desechos. El conejo blanco: el hermano raro al que han abandonado todos. Pone su mano en mi mano y me lleva a la que siempre fue su habitación."

"Volver, lo sabe todo el mundo, es imposible. Luego de los abrazos y las lágrimas viene el verdadero reencuentro, estar frente a frente a los mismos cuando nosotros ya somos otros, frente a ellos cuando no sabemos quiénes son. O sea, nadie frente a nadie. La charada de qué lindo todo, qué rico, cuánto extrañaba. Nos buscan donde ya no estamos, los buscamos donde ya no están y ahí empieza la tragedia."




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