lunes, 18 de abril de 2022

Acabo de leer una serie de poemas de Irma Torregrosa (Mérida, Yucatán, 1993)

 Aquí el link para acceder a todos los poemas, pero ahora y en este espacio solo compartiré el segundo, "Transfiguraciones", porque tengo el interés de hacer un estudio con este tema: el cuerpo y los elementos agregados que producen una semiótica particular.

II

Siempre quise que mi primer labial fuera rojo,
pero me advirtieron que no sería bueno
llevarlo a la escuela ni a mis primeras salidas
con chicos; que el rojo decía cosas que no debían ser.
Mi madre me compró, entonces, un labial palo de rosa
que utilicé antes de ir a una comida en casa de mi primer novio.
A él le gustó ese brillo que daba a mi boca algo de fruta,
algo de ternura satinada, el jugo que asomaba en sus bordes.
Nos besamos de forma muy torpe y caímos
sobre el otro, en medio de la brusquedad, de la urgencia
que escucha en el ruido de la lavadora una canción de amor.
Regresé a mi casa con un pequeño ardor entre las piernas
y el color de mis labios arrastrado hasta las comisuras.
Esa fue la última vez que lo vi.
A veces me pregunto si me recuerda.
Si recuerda las llamadas de teléfono y la desazón
de los siguientes días, mis preguntas a los compañeros de la escuela,
a la maestra de la única clase que compartíamos.
Me pregunto si, como a mí, le habrá ardido el corazón
de tanta huida. Nunca supe por qué lo hizo.
Si lo único que pasó fue conocer los colores
de nuestro cuerpo. Hasta ahora me pregunto,
si el color en mis labios era el adecuado.

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