miércoles, 13 de mayo de 2020

Metas shidas

Emanciparme de mi autovaloración creativa a partir de los elogios de personas que me quieren (amigxs, familiares).

Ella estudió letras y escribe unas tarjetas de regalo muy lindas (mentira, me quiebro la cabeza cada vez que alguien me pide eso [en realidad sólo han sido dos veces] el pequeño espacio en blanco de la tarjeta me parece un reto. Casi como escribir un microcuento: conciso, y a merced de alguien que no quiere entregar una tarjeta con las mismas frases, de todos los años, hacia todas las personas. Ahora quizá entiendo la ansiedad por la personalización de todo. Necesita ver un nombre ahí que le identifique, es decir, al receptor. Necesita la calidez de palabras escritas en puño y letra pensándolo a él específicamente; no a la impresión fría, cuantificable de las prensas cronometradas y calibradas con una tipografía y un mismo mensaje). En el mundo de la ondeadez de Sara, hasta relativizo lo "lindo".

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